sábado, 13 de octubre de 2018

DESENTRAÑANDO LOS GLIFOS: LOS LINAJES DE PALENQUE


Gracias a la añeja amistad entre don Moisés y Linda Schele pudimos conversar con ella y exponerle algunas dudas que nos había dejado el Informe Ruz. Ella estuvo algunos días en Palenque, muy contenta, invitada por el propio Arnoldo.

Doctora por el Institute Latin American de la Universidad de Texas, en Austin, Linda se ha puesto a la cabeza de las investigaciones epigráficas en Palenque. A la menor insinuación se acordó con facilidad de la Navidad de 1970, cuando ella y su esposo hicieron un recorrido en automóvil por toda la costa del golfo de México, desde Matamoros, Tamaulipas, hasta la remota ciudad de Mérida, Yucatán.

Linda habla con mucho cariño de un refugiado guatemalteco que encontraron en Villahermosa, que amaba Palenque, y quien casi les suplicó que lo visitaran. Siguieron su consejo e hicieron una primera estancia de tres días. De regreso de Mérida se quedaron siete días más y Linda dice que se “enamoró perdidamente de Palenque”. Se acuerda también que el guatemalteco les había hablado acerca de una persona a quien debían conocer, un tal Moisés Morales. Fueron en su busca y con él como guía conocieron Palenque. Desde entonces Linda está ligada sentimental y profesionalmente con el sitio y mantiene una afectuosa amistad con don Moisés.

Linda te quiero preguntar si ustedes los historiadores del arte, metidos a epigrafistas, han empezado a “leer” los jeroglíficos mayas. ¿Cómo lo han hecho?

No ha sido fácil. David Kelley había estado trabajando en aspectos novedosos de lingüística histórica, estudios que hacían falta. Él fue el primero en notar que el nombre del gran gobernante de Palenque, Pakal (“Escudo de Mano”) podía escribirse con la imagen de un escudo de mano, o fonéticamente, como pa-ka-l (a), o de las dos maneras. Esto lo dio a conocer en su libro Deciphering Maya Script. Por su parte, Peter Mathews y Floyd Lounsbury habían estado recopilando material —dibujos e ilustraciones­— de los glifos de los tableros del edificio y de la cripta. Con todo este material reunido, Peter y yo pudimos seguir en las inscripciones del edificio y del sarcófago, las entronizaciones de los gobernantes palencanos para un período de 400 años, además de sus nombres, las fechas de nacimiento y los ascensos al poder.

Ya que hablas de las edades de los personajes, es sabida la discrepancia entre la “lectura” epigráfica y el dato antropofísico, ¿cuál es tu punto de vista?

La pregunta aquí es más bien: ¿cuál información es la que puedes considerar como más confiable y cuál es la que está más sujeta a errores, ya sea en su evaluación, o en la recopilación de los datos? Lo que tenemos es la cronología asociada con el nacimiento de Pakal, con su entronización y con su muerte. Su nacimiento está escrito en Cuenta Larga, lo que significa que no se puede repetir hasta que hayan transcurrido 375 mil años. Su entronización está ligada a la de otra persona, algo que ocurrió un millón de años atrás. Esto es simple matemática, no es una cuestión de juicio. Está contado el total de años, meses y días y las fechas se ligan perfectamente con los finales del noveno y décimo katún.

Llegamos ahora a la parte final de la evidencia y la primera pregunta es: ¿pueden los antropólogos físicos dar la edad de los restos? Yo he hablado con los mejores antropólogos físicos del mundo, incluyendo gente como Frank Solt, quien estudió los huesos de Altar de Sacrificios, muchos de los de Tikal, los de Ceibal y ahora los de Caracol. Él trabajó medicina forense en Estados Unidos y es una de las personas con más experiencia en el trabajo de huesos en todo el mundo. Incluso, vio los huesos de Pakal y dice que corresponden a los de una persona de edad avanzada, pero éstos eran solamente astillas de la mandíbula inferior, los huesos largos nunca fueron sacados y no han sido estudiados.

Veámoslo desde otro punto de vista. La versión epigráfica, es decir, la que ustedes sustentan, señala que Pakal vivió aproximadamente unos 80 años, en tanto que el dato antropológico
 que proporcionan Ruz Lhuillier, Arturo Romano y Eusebio Dávalos, sostiene que Pakal tenía entre 40 y 50 años cuando murió. ¿Qué opinas?


Vamos por partes. La antropología física todavía no tiene las herramientas para asignar edad a restos de personas de edad avanzada, además de que los seres humanos envejecen a ritmos muy diferentes. Hay muchos casos con los que pudiera ejemplificar, pero vamos al grano. Cuando los huesos de Pakal fueron llevados a México para un nuevo estudio en la década de 1970, surgió este horrible conflicto: todo lo que se tenía eran pedazos del cráneo, pero el cráneo estaba destruido por la misma máscara que se colocó sobre el rostro del gobernante. Ernesto Pimentel estudió pacientemente los informes de los antropólogos,(1) pero éstos sólo habían publicado las conclusiones, la prueba específica que ellos aplicaron es desconocida en todo el mundo, nadie sabe de esta prueba y no se ha vuelto a aplicar en ninguna otra parte.

Como historiadora del arte, ¿cuál es a tu juicio la contribución de la epigrafía maya al conocimiento?

Puede manejarse de dos maneras. Primera, lo que aporta la epigrafía a la arqueología es que pone a los seres humanos dentro de ella y reduce las posibilidades de especulación, da oportunidad a sus autores de decirnos: “Esto es lo que en realidad hice”.

Segunda, en una escala más amplia, lo que el desciframiento ha hecho es que le dio a América una historia escrita larga y tan compleja como cualquier otra del Viejo Mundo, quizá más detallada que cualquier otra; por ejemplo, la egipcia, o la de Mesopotamia; estamos hablando de una escritura del nivel de la que produjo China. Ni más ni menos.

Si estudiamos el arte griego es porque conocemos los nombres de los artistas. Los artistas mayas también firmaban sus obras, están ya identificados los glifos para escriba, escultor y arquitecto. Pero la gran aportación de la epigrafía es que transformó a los indios americanos, de bárbaros semidesnudos, en un segmento importante de la cultura humana.

Si somos cuidadosos y entendemos la herencia que representan, nuestros descendientes sabrán de los artistas mayas, porque junto a Praxiteles y Leonardo estarán los nombres de estos otros artistas que tallaron sus obras y las firmaron, y también tallaron su contribución a la historia de la humanidad para hacerla central y permanente. De veras.

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1) Se refiere a los antropólogos ya mencionados Arturo Romano y Eusebio Dávalos.

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  Fotografías de Juan Carlos Rangel Cárdenas