sábado, 28 de marzo de 2009

EL ÚLTIMO GIGANTE DE LOS ESTUDIOS MAYAS: JOHN ERIC SIDNEY THOMPSON


J. Eric Thompson con indios lacandones en Bonampak

El nombre de este arqueólogo inglés estará por siempre ligado a los estudios científicos mayas. Es uno de los más notables mayistas del siglo XX que hizo avanzar el conocimiento y abrió nuevas vetas de estudio para los arqueólogos y estudiosos que vendrían tras él. Los trabajos de arqueología propiamente científicos sobre los mayas, dan inicio con este distinguido investigador que Su Majestad, la Reina Isabel, nombró Sir, en 1959.

Libros como Grandeza y decadencia de los mayas (FCE, 1984) serán siempre modelo de erudición, de imaginación, de destreza literaria y de disciplina, para reconstruir la actividad creadora de un pueblo cuya filosofía y conocimientos forman parte esencial de la cultura humana. Este libro, ya clásico, resume medio siglo dedicado al trabajo arqueológico. Se dice rápido, pero ha sido una tarea colosal. Un hombre que dedicó su vida para abrir nuestro espíritu contemporáneo a un pueblo de la antigüedad que dejó huella profunda de su devenir.

Sir Eric Thompson, escribe unas hermosas y sentidas palabras al dedicar su libro al pueblo de México, que no resisten la tentación de citarse:

México, con sus magníficos paisajes, sus monumentos arqueológicos y coloniales, sus diversos climas y sus distintos idiomas y gentes, ha sido para mí una esposa que jamás me causó hastío; por el contrario, siempre me ha estimulado el interés con nuevas dulzuras. Ya celebradas nuestras bodas de plata, puedo reflexionar, como cualquier marido dichoso (aunque el océano por ahora nos separa), sobre la suerte que me trajo una amante capaz de darme tanta felicidad y tranquila satisfacción. Y, por supuesto, siento su presencia en cada libro, en cada folleto y en cada fotografía mexicanos en mi biblioteca, aquí, en la lejana Inglaterra; así como en la amistad y en el cariño, tan apreciados, de mis colegas de México. ¡Tengo tantos recuerdos de tantas partes de ese país: Yucatán, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Tabasco, Veracruz y, desde luego, la Ciudad de México!

Para agradecer estos y mil otros dones me es imposible expresar aquí, con las palabras adecuadas, mi profundo sentimiento. Y por ello, al dedicar este libro al pueblo mexicano, no alcanzó a hacer sino un leve reconocimiento de tantos beneficios.
(1)

El inicio a la vida profesional de Thompson se remonta al año de 1925. Sylvanus G. Morley, otro de los fundadores de la arqueología científica y en ese momento director de un proyecto arqueológico auspiciado por la Institución Carnegie de Washington, recibió la solicitud de un joven londinense recién graduado en antropología, en la Universidad de Cambridge, para trabajar en Chichén Iztá. La solicitud fue aceptada en 1926, y John Eric, a sus 27 años, se incorporó al equipo que, desde hacía dos años, realizaba una extensa investigación arqueológica, etnográfica y botánica.

La experiencia adquirida durante su trabajo, pero sobre todo, la amistad que trabó con Morley, fueron sucesos que lo marcaron para toda su vida. Un año después deja Chichén y bajo el patrocinio de la Carnegie, recorre Belice y visita sitios como Labaatún, que luego de sus estudios ha llegado a reconocérsele la importancia fundamental que tiene para la historia del pueblo maya. Durante otras temporadas trabajó haciendo excavaciones en sitios como San José, en Belice, en Esquipulas, Guatemala, y en Mayapán, Yucatán, por sólo mencionar algunos.

El trabajo multidisciplinario que Thompson desarrolló fue la fórmula que le permitió adquirir una erudición muy vasta. Hizo una amalgama de estudios que iban de la arqueología a la epigrafía, de la antropología a la botánica, de la etnografía a la lingüística, de la astronomía a las matemáticas. Realmente no hubo campo de conocimiento que este gigante de la arqueología moderna, no abordará en relación con la civilización y la cultura maya.

El 9 de septiembre de 1975 falleció J. Eric Thompson en Cambridge, Inglaterra, a la edad de 76 años. Quede por siempre en la memoria de los mexicanos y de los investigadores mayas que dan continuidad a su tarea.

(1) Thompson, J. Eric S., Grandeza y decadencia de los mayas, p. 9-10.

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  Fotografías de Juan Carlos Rangel Cárdenas